martes, enero 10, 2006

VTP. Cap VI. Los Soportales Prohibidos. Sexta Parte.

Parte VI. Al otro lado del túnel.

Entré en el túnel tren con arco de medio punto que conducía a los Soportales Prohibidos embistiendo la oscuridad, con los ojos cerrados y la cabeza gacha.

Estaba preparada para un camino de baldosas amarillas y espantapájaros que hablan.

Estaba preparada para una torre de hielo en mitad de la nada.

Estaba preparada para un oscuro bosque de lianas, para una ciudad con coches volantes y para extrañas criaturas con lenguajes guturales.

Pero lo que no me esperaba es encontrarme a mi primo con una amplia sonrisa y un nuevo brillo en el pelo contemplando extasiado el anuncio de Ariel más bonito y grande del mundo.

Coladas blancas se mecían en una brisa jabón de lavanda. Enormes velas de bucanero con encajes plateados colgaban de altos árboles sombreando la tierra lavada. Un tesoro maravilloso aparecía arrojado a nuestros pies. Nos llenamos de él los bolsillos, vaciándolos de toda culpa, pues ¡que contentas se iban a poner nuestras madres cuando les llevásemos millones de pinzas para cerrar las bolsas de macarrones y hacer ballestas, pistolas y pinballs!.

Con calzoncillos negros en la cabeza jugamos a piratas entre los velámenes de los barcos de corsario practicando la esgrima con nuestra pala espada y nuestra espada rastrillo. Cuando ya teníamos los nudillos colaraos de parar tanta estocada sin guantelete ni cazoleta nos disfrazamos de fantasmas. Del cielo azul esperábamos ver caer, deslizándose entre el algodón 100 por 100, al oso de Mimosín soplando flores.

- "Prima, ven corre".

Mi primo Josito, el pelirrojo, había descubierto un callejón pequeño que nos abría el camino a un laberinto de corredores y de patios de colada. Con un cachito de ladrillo hicimos una muesca en la entrada, que, aunque fuésemos niños de inocencia preservada por Walt Disney y los dos rombos, erámos bastante más listos que Pulgarcito a la hora de señalar el camino de vuelta.

Nos adentramos en el laberinto de patios del Vallecas al Estilo Twin Peaks con las espadas bien ceñidas en sus cintos y los bolsillos cargados de pinzas de la ropa infladas por el agua.

Continuará…

2 Comments:

Blogger Nepomuk said...

Calzoncillos negros... no importa. Has ido a dar con los vecinos perversos. Todo está permitido. Sigamos.

7:54 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Fiu Fiu

2:02 a. m.  

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