viernes, diciembre 02, 2005

VTP. Cap V. Dos Rombos. Quinta Parte

Parte V. Dupis-balón vs Bocadillo de Mortadela.

Al día siguiente no me levantaron para ir al colegio. En mí lugar se marchó mi madre, de metro cincuenta, castaña caoba Kolestint y gigantescas ojeras, cortando el aire con una bata-vestido azul de principios de junio.

Se marchó muy enfadada y volvió mas enfadada aún porque se enteró que yo llevaba todo el curso sin desayunar, debido a que el deporte de moda en el patio de parvulitos era el lanzamiento del Dupis-balón- unicachica entre los barrotes color vino- burdeos de la reja del Liceo Versalles.

Llegó relatando y relatando. Otras madres le habían contado que el niño rubio canijo que nunca se sabía la cartilla había llegado un día sangrando a casa por lo oídos, y sus padres tenían ahora un buen problema, porque los colegios de la zona estaban completos y al final se habían visto obligados a solicitar plaza en el Francisco Fatou para que repitiera parvulitos al siguiente año.

Me produjo un gran alivio. Todos los parvulitos creíamos que el niño rubio canijo que nunca se sabía la cartilla estaba todavía encerrado en el cuarto oscuro, pues no le veíamos desde la última vez que mi señorita de parvulitos se lo llevó mudo y con los pantalones mojados. Y también pensábamos que ahora, su alma atormentada de muerto por inanición se dedicaba a soplarle en los oídos a los nuevos castigados un “esa puerta tampoco se abrirá más para ti” cargado de odio por no haberle pasado lonchas de Chopped de estrangis por debajo de la puerta.

- Y me dice la buena señora:- contaba mi madre – “su hija no hace más que inventarse cosas para llamar la atención, fíjese que todos los días tira el donuts al suelo y luego me viene a decir que se lo han tirado los otros niños”. Y yo le contesté: -continuó mi madre con su acento granaino cordobés- “mire, que me diga que mi hija tira el bocadillo de mortadela se lo consiento, porque es muy asquerosa y muy escrupulosa pa la comida, pero que me diga que tira el “Dupi”, que es lo que más le gusta en el mundo después de la Pantera Rosa, eso, eso no se lo consiento”.

Y ya me empezaba a parecer mi madre, de metro cincuenta castaña caoba kolestint más implacable que Spiderman y más invencible que Superman, cuando volviéndose hacia mí me dijo:

- “Pero nada hija, que tendrás que aguantar las 3 semanas que te quedan, porque me ha dicho que si no, no te da el certificado de parvulitos, tendrías que repetir el próximo curso e ir un curso atrasada. El próximo año te cambiamos a primero de EGB, ahí al Mater, que ya verás lo buena que son las monjas. Y no tengas miedo, porque con lo que le he dicho, que se atreva a tocarte”.

Y yo me tragué la decepción de un solo sorbo, porque habría preferido desayunar las próximas 3 semanas bocadillos de mortadela que volver a mi clase de parvulitos.

Continuará…