martes, junio 13, 2006

VTP. Cap VII. La Matanza de Vallecas-Texas. Parte 9

Hablaba "La Abuela de Negro", y mi madre autómata de metro cincuenta y tinte caoba Kolestint la escuchaba instalada en un extraño sopor de verano. Su voz cascada rebotaba en el frontón de la pared de la portería y volvía a golpearme en la sien.

- “pues sí, con catorce años, como iba la cría a cuidar a un bebé, así pasó que cuando se despertó por la mañana el bebé ya estaba muerto”- decía, y la palabra muerto cabalgaba de reja en reja y de persiana en persiana.

- “a ver claro” – decía mi madre autómata, hipnotizada por la rutina del espanto diario de aquella abuela. "La Abuela de Negro" soltaba risitas.

Detrás de la furgoneta de la Fruta del Señor Mariano aparecía "un pájaro marioneta negro". Salía disparado a vencer la gravedad que nos mantenía pegados al suelo, como si estuviesemos todos arropados por una pesada sábana empapada en lluvia caliente de goterones gordos de tormenta de verano.

Sus alas de marioneta se quedaban inermes a media altura, un segundo suspendido en el aire sin fuerza, y después precipitaba su fracaso hacia las losetas grises.

- “Mamá, me voy a jugar”– y huí entre los coches perseguida por las oscuras historias de "La Abuela de Negro" sobre muchachas de piel blanca como la leche, días de playa y voyeurs. A la vuelta de la furgoneta de fruta del señor Mariano, habría un pájaro marioneta con sus finos cordones enredados en los guardabarros, , yo se las cortaría y podría marcharse para siempre de mi patio del Vallecas al Estilo Twin Peaks, dónde desde hacía mucho sólo volaban los murciélagos y mis gárgolas desnaturalizadas.

- “Hola niña”-me dijo José el Cojo cuando aparecí de un salto detrás de la furgoneta , y volvió a lanzar una boina negra de paño al aire.

Continuará….