jueves, noviembre 03, 2005

Vallecas al estilo Twin Peaks. Cap II. El Hijo de La Señora Infierno.

Recién mudada desde la Colonia Vilda, capital de Cucarachalandia y de la que ya os contaré en otro post, con 5 añitos y medio, me hallaba yo metiendo canicas en el guash enfrente de mi casa nueva cuando, zas, me llovió un jarro de agua y con él una voz de ultratumba que decía “Gamberros Juveniles” (el gamberro era yo porque heredaba la ropa de mi hermano Tony pero con más rodilleras y si no se me veían los pendientes de las orejas no se distinguía si era niño o niña), “idos a armar escándalo a otro sitio y no venir a armar jaleo debajo de mi ventana o ya sabéis lo que os espera”. Al final de esto me pareció oír una risa terrible, un bufido y un batir de alas de murciélago, pero no sabría deciros si eso fue mi miedo o lo escuché de verdad.

Y así supe de La Señora Infierno, y aprendí que se juega en la arena del otro lado, pero nunca en el del lado de La Señora Infierno.

Como el piso bajo de La Señora Infierno estaba enfrente de la terraza de mi salón, me dediqué a vigilar su casa entre los visillos, sin resultados, porque a La Señora Infierno no se la veía nunca y las persianas del Bajo de La Señora Infierno nunca se abrían, salvo una rendijita pequeña en agosto, a la hora de la siesta, para derramar agua por el pollete de la ventana. El único ser vivo que entraba y salía del Bajo de la Señora Infierno era su hijo, que siempre volvía a casa tambaleándose, por las noches, y que también daba miedo, pero menos.

Si hubiera visto Psicosis me habría imaginado que él era Norman Bates y que tenía a su madre emparedada detrás del alicatado de cuadrados blancos del baño, y que la había matado porque se empeñaba en subir las persianas cuando él, engendrado por La Señora Infierno y El Conde Drácula, no se cansaba de explicarle que el sol le producía úlceras y como ella no quería entrar en razón pues la había apuñalado al más puro estilo escena de la ducha de Hitchcock pero en la penumbra del bajo-52 metros cuadrados- cuatro habitaciones profamilia numerosa humilde pero honrada orgullo de la España de Franco y muy promocionada en el NODO, del edificio de renta antigua de enfrente de mi casa. Y ahora ponía voz cavernosa de mujer mayor para alejarnos de su ventana y que no escuchásemos los gritos de las victimas que guardaba en la despensa. Pero por aquel entonces los 2 rombos conservaban nuestra imaginación y nuestra inocencia en mundos más seguros, como los de “Herbie Volante Loco”.

Un día que tenía fiebre y no fui al colegio, vi por fin a La Señora Infierno, salió moviendo un culo que me pareció gordísimo, con un vestido gris, andando al más puro estilo pingüino-fragairibarne, mi madre me dijo, “mira esa señora, sale todos los días a poner azufre en su esquina, para que no se meen los chuchos”. Y con esa visión perdí el miedo a La Señora Infierno y también el respeto.

-“No sé porque la llaman La Señora Infierno”- le decía yo a Peter durante mi etapa de niña marisabidilla – “por que Infierno no es agente activo del mal”- decía subiendo la voz cerca de su ventana pero lejos de la onda expansiva del Jarro de Destrucción Masiva, “En todo caso debería llamarse Señora Diablo o Señora Lucifer, Reina de las Tinieblas que esos si pueden ad-je-ti-var se” - esto del adjetivo lo acaba de aprender y andaba yo toda pedante con los adverbios, los sustantivos y los adjetivos- “de ser bien malos”.

Y pasaron los años, y yo me independicé y me marche del barrio, y La Señora Infierno murió, y el hijo heredó la casa con las persianas bajadas.

No volví a saber de él en muchos años. Hasta que un día me encontré a La Susi y me contó:

- “¿Sabes que el hijo de la Señora Infierno se ha echado novia?”. - me lo dijo así, tal cual, porque el nombre en tu barrio te dura toda la vida, y La Susi es La Susi aunque ahora sea abogada de éxito con bufete propio, y El Hijo de la Señora Infierno se morirá siendo El Hijo de la Señora Infierno.

-“Pobre mujer, no sabe donde se ha metido, y ahora qué, ¿sube las persianas? ¿pone tiestos de flores?”

- “!Que va! Sigue igual que siempre, si vieras como es la novia lo comprenderías¡”.

-“¿Qué es? ¿Cómo la madre de Norman Bates?”

- “Peor”

Yo sentada en el Banco Santander ante el “interventor coleguita” arreglando unas cosillas, El Hijo de la Señora Infierno entra en escena y viene a sentarse en la mesa de al lado que es la del “Interventor Liante”, la del “Interventor Gruñón” como siempre, se queda vacía.

Interventor Liante: “Hombre, ¿otra vez por aquí?”.

Hijo de la Señora Infierno: “Que vengo a ver si tengo ya los 30 euros”.

IL: “Pero hombre si abriste el fondo la semana pasada”.

HSI: “Tu dijiste que 600 euros al 5% por ciento me gana 30 euros y he venío que macía falta que ya sabes que me he vuelto a quedar en paro y pues he pensao que con los 30 euros no tengo que tocar el subsidio.”

IL: “No seas tonto, tú no los toques, que así luego ganas más, hazme caso, además que esto tarda más de una semana en darte los 30 euros, pero tú los dejas y así luego te gana 31, 32 y así”.

HSI: “Bueno, si tu ya sabes que de esto no entiendo y yo, lo que tu me digas, que he confiao siempre, y bueno, pues ya que he venio mira a ver si ya me ha venio el subsidio en la cuenta que abrí con mi amiga, que bueno, que ya sabes que ya no es mi amiga, que lo hemos dejao pero bueno, que así son las cosas ahora en estos tiempos, que dice ella”.

IL: “No, el subsidio no te ha llegado todavía”.

HSI: “Y ella, ¿ha devuelto ya algo de lo que cogió? “

IL: “Aquí no hay movimientos, y tu hazme caso, que si la cuenta esta la tienes con ella no deberías cobrar aquí el subsidio. Piensa que ella también puede sacar dinero”

HSI: “Bueno no sé, es que, no sé, ha sufrió mucho sabes y claro, si necesita dinero, y total si yo no voy a tocar el subsidio, que yo con los 30 euros pues tiro ¿Sabes?”

IL: “Que no hombre, que los 30 euros no los tienes que tocar, que ya te he dicho que…”.

HSI: “Si ya sé. Si yo no te discuto, que yo sabes que hay confianza, y que lo que tu me digas, así que nada, me marcho, y que mañana pues vuelvo, a ver si me ha ganao ya los 30 euros”

Y allí se marchó, el Hijo de la Señora Infierno no el de la Señora Diablo, ni de la Señora Lucifer, Reina de las Tinieblas.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Es que no es lo mismo una demonia que una diabla

11:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Desde luego, hay personas-personaje. Como la figurante de "La comunidad" que vive debajo de mi casa, que parecen sacados de peli, oye, en serio te lo digo. O como el Hijo de la Señora Infierno.
En el fondo, esta historia es un poco triste, no? A mí es que a pesar de la mala leche que se gastaban las vecinas de la peli de Alex de la Iglesia, me despertaban sentimiento, no sé, como de ver vidas muy cerradas, herméticas...uy, que se me va la pinza, no me hagas caso.

¿escritor del calcetín? Sí, sí, eso me lo tienes que explicar ;)

Oye, quiero una tercera parte de esta historia. Has tenido una infancia de película, eh?

Muak

2:40 a. m.  
Blogger launicachica said...

De película no. Pero de serie de David Lynch tal vez. A ver si me sale, y consigo hacer unos cuantos episodios.

Gracias Mot, un beso fuerte.

Pd. En cuanto termine de leerte te explico mi teoría del calcetín, lo prometo.

9:50 a. m.  

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