presencias invisibles
No sé por qué nadie habla de las presencias invisibles. Cuando somos pequeños nos dan miedo, se meten en los armarios entreabiertos y debajo de la cama cuando se nos deshace el embozo de las sábanas. De mayores nos siguen en la distancia en los pasillos largos y desconocidos (vease el trasborodo largo de Diego de León fuera de la hora punta) o se esconden a la vuelta de la puerta cuando el ascensor vacio se abre en nuestro piso, y estamos a punto de decir buenos días. Cuando subo en el ascensor con ellas siento un miedo parecido al de la montaña rusa.
besos,
besos,
2 Comments:
pos no se porque te dan miedo. yo hablo comunmente con varias de ellas, y algunas responden si estan aburridas. una me dijo que te conocia
Pues hablar con ellas es abrir puertas que no se saben cerrar. Cuando tenía 7 años les hice demasiado caso, pero eso merece un post cuando me encuentre francamente aburrida.
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